Analectas - Confucio "Maestro Kong"; 孔子 | 2ª Parte

Zhonggong, que estaba empleado como ministro del jefe del clan Ji, preguntó acerca del gobierno y Confucio le respondió: «En primer lugar, hay que poner a trabajar a los pequeños funcionarios, después hay que perdonar las faltas pequeñas y ascender a los que posean capacidades superiores».
Zhonggong dijo: «¿Y cómo sabré quién tiene capacidades superiores para ascenderle?». Confucio respondió: «Asciende primero a aquellos de los que ya lo sabes y las demás personas te darán indicaciones sobre los que tú no conoces».

Zilu dijo: «El soberano de Wei ha estado esperándole, Maestro, para que ordenara el gobierno, ¿qué es lo primero que habrá que hacer?».
Confucio respondió: «Lo que hace falta es rectificar los nombres».
Zilu dijo: «¿De veras?, Maestro, ¿no estáis, tal vez, perdiéndole un poco? ¿Cuál es la razón de semejante rectificación?».
Confucio dijo: «¡Qué burdo eres! El hombre superior es cauto con lo que no sabe
» Si los nombres no son correctos, las palabras no se ajustarán a lo que representan, y si las palabras no se ajustan a lo que representan, los asuntos no se realizarán.
» Si los asuntos no se terminan, no prosperarán ni los ritos ni la música; si la música y los ritos no se desarrollan, no se aplicarán con justicia penas y castigos y, si no se aplican penas y castigos con justicia, el pueblo no sabrá cómo obrar.
» En consecuencia, el hombre superior precisa que los nombres se acomoden a los significados y que los significados se ajusten a los hechos. En las palabras del hombre superior no debe haber nada impropio».

Una vez que hablaba con Confucio, el duque de She le dijo: «En nuestra comunidad hay gente de conducta tan recta que, si un padre hubiera robado un cordero, su propio hijo actuaría de testigo contra él».
Confucio dijo: «En la mía la rectitud de la gente es distinta: el padre oculta lo que el hijo hace de malo y el hijo esconde lo malo que hace su padre. En esto es en lo que reside la rectitud».

Fan Chi preguntó acerca de la virtud cívica perfecta. Confucio respondió: «Consiste en ser cortés aun estando en privado, respetuoso en la administración de los negocios y leal en la relación con los demás hombres. No es lícito abandonar estas características, ni aunque se viva entre los bárbaros».

Confucio dijo: «No puedo conseguir hombres que practiquen el justo medio para darles mis enseñanzas, por eso me es preciso servirme de los atrevidos y de los honestos. Los atrevidos avanzan por el Camino y toman cosas de él, los honestos no hacen nada que no deban».

Confucio dijo: «El hombre superior está en armonía con los demás, pero no siempre de acuerdo con ellos. El hombre vulgar se pone de acuerdo con los demás, pero no está en armonía con ellos».

Confucio dijo: «El hombre superior es fácil de servir y difícil de complacer. Si para complacerle no se utiliza el buen camino, no quedará complacido. Él por su parte, dará a cada persona la responsabilidad para la que cada uno esté preparado. El hombre vulgar, en cambio, es difícil de servir y fácil de complacer. Aunque no se use el buen camino para complacerle, quedará satisfecho, mientras que pretenderá que cualquier persona cargue con cualquier responsabilidad».

Confucio dijo: «El hombre superior es digno sin orgullo, el hombre vulgar es orgulloso sin dignidad».

Confucio dijo: «El letrado que suspira por la vida cómoda no reúne los requisitos suficientes para que se le pueda considerar letrado».

Confucio dijo: «Las palabras de los virtuosos son necesariamente buenas, mientras que los que bien hablan no son necesariamente virtuosos. Los que son benevolentes hacia los demás necesariamente han de ser valientes, mientras que los que sólo son valientes no serán por fuerza benevolentes hacia los demás».

Comentarios