Historia, Sociología Enciclopedia

HISTORIA, Por Armand Cuvillier.

Evolución de la sociología.

La sociología es una ciencia relativamente reciente. Se puede afirmar que gracias a Augusto Comte surge por primera vez la noción de una ciencia positiva de los hechos sociales. Hasta entonces, los filósofos y los escritores políticos, más que estudiar objetivamente la sociedad real, la describen tal como, según ellos, debería ser. Sin embargo, incluso en los filósofos antiguos, se encuentran a menudo concepciones positivas y perspicaces de la realidad social.

LOS PRECURSORES

Platón (429-347 a. J. C.), particularmente en la ‘La República’ y en las ‘Leyes’, define la ciudad ideal tal como él la concibe. Pero como ha dicho León Robin , se advierte con todo en él un esfuerzo ‘por tratar científicamente los hechos sociales y económicos… tuvo obscuramente conciencia de un determinismo propiamente social; cayó en la cuenta de la importancia de los factores económicos y comprendió su acción sobre la política; en fin, al enunciar la ley de la división del trabajo, ganó para sí su título científico de mayor solidez’. En el V libro de las ‘Leyes’ indica que, para establecer una sociedad normal, hay que considerar el ‘número de habitantes’ y que no conviene que ‘las leyes sean contrarias al clima del país’ descubre, por tanto, las condiciones demográficas y geográficas de la vida social.

Aristóteles (384-322 a. J. C.), había estudiado la constitución de numerosas ciudades griegas y extranjeras. Establece como principio que ‘el hombre es un animal político’ (entiéndase: ‘sociable’), pero que la sociedad sólo es posible cuando existe un fin común. Examina en su ‘Política’ las diferentes formas de intercambio y la transición de una economía natural fundamentada sobre el intercambio de los servicios, hasta una economía monetaria. En la ‘Ética a Nicómaco’ esboza una interesante teoría del valor, aunque un poco ambigua, ya que será interpretada por Alberto Magno como teoría subjetiva del valor utilidad y por Santo Tomás de Aquino como teoría objetiva del valor trabajo.

El cristianismo aporta una concepción histórica del ser humano. Los dogmas del pecado, de la redención y del juicio final implicaban la noción de una evolución irreversible de la humanidad, opuesta a la del tiempo cíclico y del ‘eterno retorno’ de la mayor parte de los pensadores antiguos.

San Agustín (354-430), elabora esta nueva concepción en su obra ‘La Ciudad de Dios’, escrita del 412 al 426. Pierre de Labriolle, en la introducción a su traducción de esta obra, la considera como ‘primer gran ensayo de filosofía de la historia’ ya que describe la vida de la humanidad como ‘una especie de maravilloso poema que se desarrolla a través de los siglos’. San Agustín traza en ella efectivamente un cuadro sintético de la historia y de las creencias romanas, de la religión judía y de toda la civilización antigua. Dicho esto, es preciso convenir en que ‘La Ciudad de Dios’ es más bien una obra de teología y de apologética, destinada a responder a los que acusaban al cristianismo de ser el responsable de la caída del imperio romano: la acción divina, y no las condiciones de la vida en sociedad, aparece allí como el verdadero motor de la historia.

Santo Tomás (1226-1274), envuelve mucho más aún, sus consideraciones sobre la sociedad en la amplia síntesis de la ‘Suma Teológica’. Presenta en ella a la sociedad como el medio natural de que dispone el hombre para alcanzar su fin, y a la ciudad como una ‘comunidad perfecta’, ordenada al ‘bien común’. Pero están ausentes las consideraciones históricas.

La filosofía de la historia, inaugurada por San Agustín, ha tenido también un representante eminente en el Islam: el historiador Abd er-Rhaman Ibn Jaldún (1332-1406).

Su comentarista más reciente, Yves lacoste, dice de él que fue el creador de la ‘historia como ciencia’. El mismo, por lo demás, se expresaba así: ‘La historia tiene por verdadero objeto el hacernos comprender el estado social del hombre… Es una ciencia ‘sui generis’; puesto que, en primer lugar, tiene un objeto especial: la civilización y la sociedad humana; después trata, de numerosas cuestiones que sirven para explicar sucesivamente los hechos que se relacionan con la esencia misma de la sociedad. Ibn Jaldún investiga los ‘factores profundos y generales de la evolución histórica ‘ y los descubre sobre todo en ‘la forma como cada pueblo provee a su subsistencia’.

Jaldún tenía principalmente por objeto ‘explicar los acontecimientos históricos y no hacer un estudio metódico de la sociedad en su conjunto.

En Europa, desde el siglo XVI al XVIII apareen estudios, que sin ser todavía propiamente sociológicos, abren caminos a la ciencia social.

En primer lugar encontramos diversos escritos políticos: folletos como ‘El príncipe’, de Maquiavelo (1532), el ‘Discours sur la servitude volontaire’, de La Boétie (1541); la descripción de ciudades ideales, como la célebre Utopía’, de Tomás Moro (1518); la ‘Thélème’ , de Rabelais (‘Gargantúa’, 1534); la ‘Ciudad del sol’, del monje Campanella (1623), etc. Pero pronto aparecerán obras más teóricas de filosofía política, de inspiración unas veces empirista y liberal, como la ‘República’, del magistrado Bodino (1577); el ‘De Cive’ (1642) y el ‘Leviathan’ (1651), de Thomas Hobbes, o los ‘Tratados del gobierno civil’ (1689), de John Locke; otras veces, puramente racionalista , como los tratados políticos (1670 y 1677) de Spinoza, y otras teolígica como la ‘ Politique tireé des propopres paroles de l’Ecriture sainte’ (1709), de Bossuet. También ‘El contrato social’ de Juan Jacobo Rousseau (1762) es una obra de filosofía política, y no una descripción de los orígenes de la sociedad, como se ha creído alguna vez. El subtítulo del libro ‘Principios de derecho político’ debería haber bastado para poner en guardia contra tal error. La afirmación de Rousseau: ‘yo busco el derecho y la razón y no discuto los hechos’, podría definir el espíritu de todas estas obras. Es decir, que estamos todavía muy lejos de una sociología positiva.

Oligarquía:

La oligarquía, a semejanza de la plutocracia y de la dictadura , designa una forma de gobierno considerada actualmente como ilegítima por la opinión y los preámbulos de las constituciones. Ello explica quela oligarquía designe una forma realmente existente de gobierno y no una posible imagen de gobierno ideal.

La ciencia política entiende hoy por oligarquía una situación de hecho que afecta a la distribución de la autoridad real en una sociedad política. Se distingue de la aristocracia en que los detentadores del poder, al no ser necesariamente los ‘mejores’ en la perspectiva aristocrática de la desigualdad natural, se mantienen alejaos de los asuntos públicos que el estado tiene a su cargo, a fin de beneficiarse mejor de las ventajas que el Estado puede dispensar.

Weber (Max)

La aportación de Weber no se reduce a la metodología. Es preciso recordar sus análisis sobre el protestantismo como causa psicosocial del capitalismo industrial. En un tiempo en que los estudios sobre el capitalismo eran numerosos, la originalidad de Weber consistió en fijarse en los países donde el capitalismo no se había desarrollado a pesar de un conjunto de condiciones objetivas favorables, (por ejemplo, la China del siglo VII antes de C.) y en explotar esta visión diferencial. Analiza entonces el papel del calvinismo como sistema de valores que organiza la acción de algunos agentes sociales y hace que engendren el capitalismo.

El empresario puritano, por un lado, se niega a utilizar, para su disfrute personal, los bienes que acumula y, por otro trata de realizar su vocación y confirmar su gracia, en el trabajo.

De la contradicción entre estas dos conductas –acumular bienes y no consumirlos- naeel mundo industrial moderno.

Rechazando todo ritualismo como residuo supersticioso y valorando la actividad profesional y racional, a mayor gloria de Dio, el calvinismo da el último retoque el ‘desencadenamiento’ el mundo, iniciado por el profetismo hebreo.

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